Tras la Asamblea Informativa celebrada el pasado viernes en Lebrija, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores (COAG) de Sevilla ha anunciado que los regantes de la Comarca del Bajo Guadalquivir van a comenzar un periodo de movilizaciones para exigir a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) una pequeña dotación de agua de riego que «necesitan los cultivos en estos días para concluir su ciclo vegetativo».
Así lo explica la coordinadora en un comunicado, donde señala que «la zona regable del Bajo Guadalquivir se caracteriza por cultivos de marcado carácter social y es un espacio donde se han acometido importantes inversiones en obras de modernización de regadíos que permiten controlar en todo momento el volumen consumido».
En este sentido, COAG ha criticado que «muchas de sus explotaciones se encuentran en una encrucijada porque están a punto de agotar sus dotaciones de riego, teniendo que abandonar por ello cultivos que demandan mucha mano de obra».
La principal petición de la entidad se basa en los datos de la tabla de desembalses de referencia con la que se decide cuál es el volumen adecuado, «confeccionada en base a la experiencia de situaciones de sequía de los últimos 15 años».
«Con esta referencia se sabe que, en ningún momento, se ha llegado al máximo desembalse que el sistema soportaría sin comprometer la cuenca», ha señalado.
Las dos comunidades de regantes de la zona regable del Bajo Guadalquivir han calculado que necesitan menos de 13 hectómetros cúbicos para cubrir «sus necesidades de riego sin dejar perder sus cultivos».
En este sentido, COAG ha apuntado que, actualmente, «muchos regantes tienen ya sus contadores llegando al límite por lo que se han planteado abandonar unos cultivos para medio salvar otros y por tanto se va a dejar de contratar mucha mano de obra».
A estos jornales perdidos hay que añadir la «reducción de actividad económica y el cierre de establecimientos de la industria auxiliar y cooperativa que se producirá por el abandono de los mismos», ha afirmado.
La entidad ha concluido con que «son muchos los puestos de trabajo que desaparecerán si no se atiende esta exigencia de agua para los cultivos».