Las doctoras Pilar Sanjuán y Alba Ginés. - Quirónsalud
Las doctoras Pilar Sanjuán y Alba Ginés. - Quirónsalud

El Servicio de Ginecología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, en Sevilla, insiste en la importancia de tener unos hábitos de vida saludable y, ante los primeros cambios o síntomas que nos alerten de que se aproxima la menopausia, acudir al especialista para una valoración personalizada que ayude a paliar y afrontar mejor esta etapa de la vida.

Y es que, según explica la ginecóloga del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa Alba Ginés, una dieta equilibrada y la realización de ejercicio físico de forma regular mejorará síntomas de diferentes áreas, tales como la metabólica, psicológica, osteoarticular, cardiovascular, neurológica, motora, entre otras. «Es importante que las mujeres conozcan esta etapa de su vida para poder afrontarla mejor», incide.

La menopausia es una etapa natural en la vida de la mujer en la que se deja de tener menstruaciones debido a cambios hormonales, principalmente por el descenso de los estrógenos. «No es una enfermedad, si bien se pueden notar cambios físicos y emocionales debido a esos cambios y al cese de la función ovárica», señala la también ginecóloga del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa Pilar Sanjuán, quien apunta que la etapa de la menopausia se contempla una vez han pasado 12 meses consecutivos sin menstruaciones, siempre que no haya ningún otro motivo por el que haya desaparecido la regla, como una intervención quirúrgica o un tratamiento médico.

La edad media de la menopausia suele ser a los 51 años, pudiendo darse entre los 45 y los 55 años. Aun así, los síntomas pueden aparecer en toda la etapa de transición, desde los 40 a los 60 años, iniciándose desde unos años antes de la menopausia, cuando los niveles de estrógenos y progesterona empiezan a disminuir, conocidos como perimenopausia o premenopausia, y tienden a disminuir con el tiempo.

Es por ello que no siempre se va a necesitar una intervención médica, «habrá que individualizar las opciones de tratamiento según las necesidades de cada mujer, los síntomas que presenten, la intensidad, los factores de riesgo y las preferencias de cada mujer», resaltan las especialistas, al tiempo que ambas coinciden en que «el punto primordial y común en todas las mujeres es promover hábitos de vida saludables».

En este sentido, la doctora Pilar Sanjuán recomienda dieta equilibrada, rica en proteínas, calcio y vitamina D, entre otros; así como hidratación adecuada, control del peso corporal, reducción del estrés, evitar el consumo excesivo de alcohol y cafeína, evitar el tabaco y realizar ejercicio físico de forma regular, lo cual ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad y osteoporosis, mejorando también el sueño o el estrés.

«Sólo en los casos en los que aparezcan síntomas leves o moderados, añadiremos tratamientos de primera línea, basados en suplementos polivitamínicos y fitoterapia, como las isoflavonas de soja, cimicífuga o lúpulo», indica la ginecóloga Alba Ginés, personalizando en cada mujer según los factores de riesgo y los síntomas que presente, planteando, en casos de síntomas moderados o intensos, incluso iniciar una terapia hormonal sustitutiva durante unos años para mejorar la calidad de vida.

Los síntomas más frecuentes son los sofocos y sudoraciones nocturnas, cambios del estado de ánimo, trastornos del sueño, sequedad en la piel y, principalmente, vaginal. También pueden notarse otro tipo de síntomas, entre ellos, aumento de peso, disminución del apetito sexual, dolor al mantener relaciones sexuales, trastornos urinarios, inestabilidad emocional, dificultad de concentración y aumento de riesgo de otras enfermedades como las cardiovasculares, diabetes u osteoporosis.

Todos esos síntomas, podrían empezar de forma intermitente con la perimenopausia, junto a ciclos menstruales irregulares, más o menos abundantes, o a hipersensibilidad mamaria, pero “no todos van a aparecer en todas las mujeres ni se da el mismo nivel de intensidad en todos los casos, puesto que en algunas mujeres pueden ser leves o prácticamente inexistentes, en otras pueden ser molestos o incluso llegar a disminuir la calidad de vida”, subraya la doctora Sanjuán.

Por último, además de seguir realizando las revisiones ginecológicas habituales, tal y como afirma la doctora Ginés, deberíamos acudir si aparecen síntomas de perimenopausia antes de los 40 años, las menstruaciones son muy abundantes o muy duraderas durante la perimenopausia, aparece de nuevo un sangrado tras 12 meses sin menstruación, percibe cambios en el flujo, sensación de «bulto» o heridas en vagina, problemas o dolor con las relaciones sexuales, así como incontinencia urinaria y síntomas de menopausia intensos.

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