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El pasado 20 de abril, coincidiendo con el Domingo de Resurrección, se vivió un nuevo episodio de agresión a un profesional sanitario en el Centro de Salud de Camas, según el Sindicato Médico Andaluz (SMA). El suceso tuvo lugar cuando un médico de guardia sufrió arañazos en cuello y ojo por parte de una paciente que exigió la renovación de la receta de un medicamento de manera irregular.
La agresora, procedente de otro municipio, acudió al servicio de urgencias solicitando dicha renovación. Según el sindicato, el médico de guardia le explicó que dicho trámite no podía realizarse en ese contexto asistencial y que debía gestionarlo a través de su médico de atención primaria. Ante esta negativa, la paciente «comenzó a elevar el tono de voz, mostrando una actitud cada vez más agresiva, insultando y amenazando de muerte tanto al médico como al resto de usuarios que se encontraban en el Centro de Salud de Camas, incluyendo a personas que trataron de frenar la conducta violenta de la agresora», según el SMA.
La nueva adicción al clonazepam
Al percibir la situación de tensión, el médico salió para intentar calmar los ánimos, cuando le agredió físicamente recibiendo varios arañazos en el cuello y un golpe en el ojo. Tras estos hechos violentos, los compañeros de guardia solicitaron la intervención de la Policía Local y Nacional, que acudieron al centro y detuvieron a la agresora. El médico sufrió una crisis hipertensiva y se vio obligado a abandonar su turno.
Según un informe reciente sobre el tráfico ilegal de estupefacientes, el principio activo del medicamento que solicitaba la agresora, el clonazepam; se usa para la fabricación clandestina de una droga ampliamente extendida en Marruecos y que comienza a circular también en Andalucía conocida como ‘karkubi’ o ‘la roja’; provocando cada vez más agresiones a profesionales sanitarios que se niegan a recetar dicho tratamiento de manera irregular. Su consumo puede provocar desinhibición, pérdida de control de los impulsos, alucinaciones y episodios violentos, lo que lo convierte en una amenaza no solo para el propio consumidor, sino también para su entorno.
Exigencia de psicofármacos
Dicho informe señala que el 41,64 % de los facultativos agredidos en 2023 fueron víctimas de amenazas o coacciones vinculadas a la exigencia de recetas de psicofármacos. En 2024, las agresiones físicas al personal sanitario en Andalucía han aumentado un 36,5 %, muchas de ellas protagonizadas por personas con antecedentes de abuso de estas sustancias.