Tomares volvió a vivir con intensidad su Jueves Santo, una jornada marcada por la devoción, la emoción y el recogimiento en torno al Santísimo Cristo de la Vera Cruz y la Virgen Nuestra Señora de los Dolores, titulares de la Hermandad Sacramental. La estación de penitencia, que congregó a cientos de vecinos en las calles del municipio, dejó momentos inolvidables en un recorrido lleno de estrenos y gestos cargados de simbolismo.

La procesión comenzó puntualmente a las 17:45 horas, cuando la Cruz de Guía asomó por la puerta de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén. Numerosos vecinos aguardaban con emoción la salida de la cofradía, que estuvo presidida por el alcalde de Tomares, José María Soriano, junto al Hermano Mayor de la hermandad, Joaquín José Manzano Vega; el párroco Fernando Emilio Borrego Ojeda; la Hermana Mayor de la Hermandad del Rocío, Paqui de la Torre de los Reyes; la delegada de Fiestas Mayores, María Toledo; y el inspector jefe de la Policía Local, Emilio Gallego.

«Este Jueves Santo ha vuelto a ser un día grande para Tomares», destacó el alcalde Soriano, quien agradeció la entrega de todos los implicados en hacer posible una jornada tan especial para el municipio.

Estrenos y momentos para el recuerdo

El paso del Cristo de la Vera Cruz, que estrenaba cajillo, fue acompañado por la Agrupación Musical Sentencia de Jerez, cuyas marchas como Bendícenos, Padre o Tu dulce rostro, Cautivo emocionaron al público.

Tras él, la Virgen de los Dolores, que lucía un nuevo encaje en el tocado, un rosario y una saya de tisú dorado donada por las Hermanas Cánovas Cartujana. También destacaba la manteleta fallera estrenada en solidaridad con las víctimas de la DANA, un gesto que unía la tradición andaluza con la valenciana.

La Banda Municipal del Cristo del Perdón de San José de La Rinconada acompañó a la Virgen con marchas como Reina, Madre, Capitana o Siempre la esperanza, poniendo la banda sonora a momentos de profunda devoción.

Entre los instantes más emotivos, destacaron las saetas dedicadas por Manuel El Niño de Gines al Cristo y por la cantante Erika Leiva a la Virgen a la salida del templo. Leiva volvería a cantar más adelante, esta vez al Cristo, en la tradicional parada frente al Ayuntamiento, donde el equipo de Gobierno realizó una ofrenda floral a la Virgen.

La estación de penitencia culminó hacia las 23:30 horas con la entrada de los titulares en su templo. El Cristo fue despedido entre los sones del Himno Nacional y la Virgen recibió una lluvia de pétalos en la calle Navarro Caro mientras sonaba Al cielo la Reina de Triana, uno de los momentos más emocionantes de la noche.

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