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Este sábado 15 de marzo tendrá lugar la limpieza ciudadana mensual que se ha convertido en una cita insaltable en Sanlúcar La Mayor. Desde el pasado mes de agosto, Celeste Delgado, vecina de la localidad aljarafeña, decidió transformar sus paseos en solitario recogiendo basura de su entorno natural, en una acción imparable gracias al compromiso de toda una comunidad voluntaria que lucha por el cuidado de su pueblo. En esta ocasión, el lugar de encuentro será la esquina entre la Calle Flor de Tomillo con Camino Las Palmillas.
El inicio de un plan de concienciación
En agosto de 2023, tres meses después de que Celeste se mudara de EEUU a Sanlúcar, empezó a salir todas las mañanas a llenar una bolsa con las basuras que encontrara en su calle, que es un camino de tierra a las afueras del municipio sanluqueño. «Lo hice porque me desesperaba ver la cantidad de plástico que había tirado, que se acabaría convirtiendo en micro y nanoplásticos, dañando el medio ambiente y la salud humana. Cada día tenía que ir más lejos para llenar mi bolsa y uno de ellos me crucé con dos vecinos que dijeron, inocentes, que todo el mundo debería hacer lo mismo. Les dije ‘venga’ y el 20 de agosto organizamos la primera limpieza ciudadana en nuestro vecindario, a la que asistieron 20 personas, la mayoría miembros de la familia de Eustaquio y Amparo, mis vecinos inocentes», explica para Aljarafe Digital.
«Normalmente, quedamos en un punto del pueblo o los alrededores que hemos identificado como especialmente sucio (nada difícil, puesto que el nivel de suciedad es realmente alto). Pedimos a la gente que traiga sus guantes de jardín o trabajo y repartimos bolsas. Siempre pido a los participantes que recojan solo aquello que no les cause asco, o que suponga un peligro (vidrio roto, metal oxidado, cosas situadas en lugares difíciles. Y que separen únicamente el metal y el vidrio, porque el plástico no merece la pena separarlo ya que el reciclaje es dudoso. Nos dispersamos durante 60-75 minutos y después nos juntamos en un lugar predeterminado para juntar lo que hemos recogido, hacernos una foto de grupo y lo tiramos todo a los contenedores».
Colillas y plástico, los residuos más encontrados
Esta patrulla insignia de la limpieza ciudadana ha despejado caminos de tierra a las afueras del pueblo, parques, barriadas, el Corredor Verde del Guadiamar y los accesos a la Cárcava, que es un cañón formado por una corriente de agua que tiene un gran valor natural e histórico sobre el que se fundó el pueblo, «pero que es prácticamente desconocido para la ciudadanía excepto como lugar para tirar basuras y escombros».
«Lo que más hay tirado por ahí suelen ser colillas y paquetes de tabaco, todo tipo de envases de un solo uso (botellas, latas, bolsas de plástico), y también muchos fragmentos de plásticos de objetos más grandes, como juguetes o utensilios varios. En un parque recogimos un montón de objetos de gran tamaño: sillas, un colchón, un tendedero, un sofá. En un camino de tierra encontramos más de 300 botellas de cerveza de litro. También encontramos muchos tubos de plástico negro de los que se usan para regar por goteo, ya que estamos en una zona de muchos cultivos, añade Celeste.
Objetivos principales de esta acción
El objetivo principal de estas acciones no es recoger basuras, porque eso sería inútil. La mayor parte de las basuras (y las más peligrosas para el medio ambiente y para las personas) «que nos encontramos son plásticos, y la industria petroquímica que los produce tiene la intención de triplicar su producción por 3 para el año 2050. Así que pretender que un grupo de 15 personas una vez al mes tenga un impacto en la situación es como querer achicar con una cucharilla una bañera que está rebosando y tiene el grifo abierto», reconoce Celeste. Sin embargo, hay metas realizables:
- Ofrecer una imagen diferente a la habitual: gente que dedica parte de su tiempo libre, de manera desinteresada, a hacer algo constructivo por su comunidad, corresponsabilizándose del cuidado de lo que es de todos.
- Crear y fortalecer los lazos de la comunidad en un momento histórico en el que lo que se fomenta es el individualismo.
- Educar a los participantes en la realidad de los plásticos y el reciclaje, ya que este no es parte de la solución sino parte del problema.
- Conseguir, a largo plazo, un movimiento ciudadano que sea capaz de provocar un cambio sistémico del modelo de producción y consumo en el que vivimos y que es el causante de las basuras. Es decir, «cerrar el grifo de la bañera».
Necesidades detectadas en la limpieza ciudadana
«Mi impresión (y la de muchos ciudadanos que se quejan en redes sociales) es que Sanlúcar la Mayor es uno de los pueblos más sucios del Aljarafe. Desde el ayuntamiento dicen que no tienen personal suficiente para recoger las basuras», indica Delgado. Lo que los voluntaris han detectado como necesidad inmediata en Sanlúcar es «cambiar el modo de producción y consumo, y esto no será fácil ni inmediato. Necesitaremos la participación de la ciudadanía, de la industria, de las administraciones públicas a todos los niveles, cada uno haciendo lo que pueda y deba».
«Nuestras limpiezas son nuestra humilde contribución a este proyecto global que estoy segura de que va a tener lugar, porque si no será como decía mi abuela: ‘Nos va a comer la mierda’». concluye Celeste.
Reconocimiento desde el Ayuntamiento de Sanlúcar
La labor de los voluntarios capitaneados por Celeste ha recibido este año un reconocimiento por parte del gobierno municipal de Sanlúcar. Éste ha considerado a Celeste como una de las «mujeres que inspiran» por su impacto social en la tarea de sensibilización y cuidado del entorno natural y medioambiental de la localidad.
Cabe destacar que Celeste es cofundadora de la asociación Valencina Sostenible y fundadora de los grupos Aljarafe Sostenible y Sanlúcar Sostenible, promoviendo la conciencia ecológica en la comunidad. Además, forma parte del Equipo Verde de Sanlúcar. Un empeño que ha llevado a la radio local cada jueves a las 11:30 en el programa ‘Con los pies en la Tierra’.