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Sanlúcar la Mayor, situada en la comarca del Aljarafe sevillano, posee una historia rica y diversa que se remonta a tiempos prehistóricos. Los primeros asentamientos humanos en su término datan aproximadamente del 1500 a.C., como lo evidencian los restos de una necrópolis y un poblado de la Edad del Bronce encontrados a unos 7 km del casco urbano actual.
Durante la época turdetana, la localidad fue conocida como Arae-Hesperi o Hesperia, nombres que aluden a un templo dedicado a Héspero, el lucero del alba en la mitología griega. Con la llegada de los romanos, este asentamiento fue destruido y se erigió una nueva ciudad denominada Lucus Solis, que significa «Bosque Sagrado del Sol». Esta denominación refleja la importancia que los romanos otorgaban al culto solar en la región.
La dominación musulmana, iniciada en el siglo VIII, trajo consigo un periodo de prosperidad para Sanlúcar la Mayor, conocida entonces como Hisn Shaluqa. El geógrafo Al-Idrisi, en el siglo XI, describió la zona como cubierta de olivos e higueras, con varias villas florecientes que contaban con numerosos baños y hermosos edificios. La construcción de una red de castillos, incluyendo el de Sanlúcar, formó un anillo defensivo alrededor del Aljarafe, consolidando su importancia estratégica.
En 1251, durante la Reconquista, Sanlúcar la Mayor fue tomada por las tropas de Fernando III de Castilla. A partir de entonces, se inició un proceso de repoblación con colonos cristianos y la construcción de iglesias y monasterios, como la iglesia de San Pedro, edificada sobre una antigua mezquita. La localidad pasó a formar parte del señorío de la Casa de Guzmán, bajo cuya protección experimentó un notable desarrollo económico y social.
En los siglos XVI y XVII, Sanlúcar la Mayor vivió un periodo de esplendor reflejado en la construcción de monumentos como la iglesia de Santa María la Mayor, de estilo gótico-mudéjar, declarada Bien de Interés Cultural en 1931. La economía local se basaba en la agricultura, destacando la producción de aceite y vino, lo que consolidó a la localidad como un referente en el Aljarafe sevillano.
Aunque el siglo XVIII trajo consigo dificultades debido a epidemias y guerras, Sanlúcar la Mayor logró recuperarse en el siglo XIX con la mejora de las comunicaciones y la llegada del ferrocarril. En la actualidad, la ciudad conserva su rico patrimonio histórico y cultural, siendo un testimonio vivo de las diversas civilizaciones que han dejado su huella en este rincón de Andalucía.