Ubicada en el corazón del Bajo Guadalquivir, La Puebla del Río es un municipio sevillano cuya historia, marcada por su relación con el río y la riqueza de sus tierras, la convierte en un lugar singular tanto por su pasado como por su presente.
Los orígenes de La Puebla del Río se remontan al Neolítico. Los hallazgos arqueológicos de «Los Silos», uno de los yacimientos más importantes de la península ibérica, revelan que sus fértiles tierras fueron habitadas desde tiempos prehistóricos. Este entorno, comparable con los del Bajo Egipto por su importancia para la subsistencia humana, marcó el inicio de una relación milenaria con la agricultura y la riqueza natural del entorno.
Durante la época romana, la zona adquirió un papel relevante como enclave comercial. Siglos más tarde, bajo la dominación musulmana, La Puebla del Río consolidó su función estratégica, convirtiéndose en una de las principales puertas de entrada de alimentos para la ciudad de Sevilla.
De alquería musulmana a puebla cristiana
La reconquista cristiana trajo consigo un cambio radical en la estructura del territorio. Fernando III «El Santo» incorporó la alquería al Concejo de Sevilla, denominándola «La Guardia» para proteger los accesos fluviales. Poco después, Alfonso X el Sabio transformó La Guardia en una «Puebla», un espacio repoblado por 200 caballeros que recibió autonomía y terrenos ampliados. Este hecho marcó el inicio de su desarrollo como municipio independiente, conformando su fisonomía actual con la anexión de tierras como Villanueva y la Puebla Vieja.
El siglo XX y la revolución del arroz
Ya en el siglo XX, La Puebla del Río experimentó una transformación económica con la introducción del cultivo del arroz entre 1925 y 1930. Este cereal se convirtió en la piedra angular de su economía, impulsando un desarrollo agrícola que aún define gran parte de su actividad productiva.
Sin embargo, el municipio también sufrió cambios demográficos y administrativos importantes. La segregación de Villafranco del Guadalquivir en los años noventa redujo considerablemente su extensión y población. Pese a ello, La Puebla del Río ha mantenido una identidad única y un crecimiento sostenido.
Un enclave natural y cultural único
En la actualidad, La Puebla del Río se distingue no solo por su historia, sino también por su riqueza natural. Situada en la puerta del Parque Nacional de Doñana, es un referente ecológico y un destino para amantes de la naturaleza. Sus paisajes fluviales, marismas y fauna convierten al municipio en un lugar privilegiado.
Además, La Puebla del Río es tierra de arte y tradición. Ha sido cuna de grandes figuras del toreo y el rejoneo como Ángel y Rafael Peralta, así como del célebre torero Morante de la Puebla, quienes han llevado el nombre del municipio a los más altos escenarios taurinos.
La Puebla del Río es un ejemplo de cómo la historia y la naturaleza pueden converger para dar forma a un municipio con una identidad única. Desde los primeros asentamientos prehistóricos hasta su consolidación como uno de los puntos clave del Bajo Guadalquivir, su historia es testimonio de resiliencia, desarrollo y cultura. Hoy, sigue siendo un lugar donde la tradición y la modernidad se encuentran, y donde el río, como en sus orígenes, sigue marcando el ritmo de la vida.