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Mamen Jiménez Cifuentes, madre del joven de 18 años Jesús Rosado Jiménez, asesinado en Palomares del Río la madrugada del 1 de noviembre de 2022, ha celebrado que el Juzgado número uno de Coria del Río haya prorrogado por dos años más la prisión provisional que pesa sobre el joven mayor de edad detenido a cuenta del crimen, como ha avanzado Diario de Sevilla.
Este joven, según la madre de la víctima mortal del apuñalamiento, «seguirá en prisión por haber sido imputado hasta en tres delitos de asesinato con la agravante de alevosía, robo con violencia y alzamiento de bienes»; extremo a su entender «coherente con la sentencia del menor de edad implicado», condenado a nueve años de internamiento en régimen cerrado complementado con una medida de cinco años de libertad vigilada con asistencia educativa.
«Poco a poco se va demostrando que a mi hijo lo mataron en grupo, a sangre fría y por el simple hecho de matar», ha aseverado, insistiendo en que «hay otros tres testigos implicados que, a pesar de esta brutalidad cometida en grupo, no han sido investigados».
Según declara probado la sentencia del Juzgado número uno de Menores de Sevilla, confirmada por la Audiencia provincial, la madrugada del 1 de noviembre de 2022, el joven entonces menor de edad enjuiciado por dicha instancia y otro joven ya mayor de edad, contra el cual se sigue otro procedimiento aparte por su condición de mayor de edad, estaban junto a otros tres menores en Palomares del Río armados con una barra o porra de hierro extensible y una navaja; marco en el que abordaron al joven Jesús Rosado Jiménez, de 18 años, cuando «regresaba en solitario hacia su domicilio de la calle Federico Moreno Torroba de la urbanización La Mampela».
Sobre las 3,29 horas de la madrugada y cuando el joven estaba ya cerca de «entrar en su domicilio», según el relato de hechos probados, el menor encausado, «con la cara tapada con una máscara; y el mayor de edad, portando uno de ellos la barra extensible de hierro y el otro la navaja»; reclamaron a Jesús que les entregara el dinero y todos los demás objetos de valor que portase; tras lo cual ante la negativa del joven ambos «comenzaron a propinarle puñetazos en la cara y por la espalda».
A sabiendas de la posibilidad de matar
A continuación, siempre según el relato de hechos probados, «dada la oposición de Jesús, decidieron de mutuo acuerdo atacarle sorpresivamente de manera simultánea y conjunta usando las armas que cada uno de ellos portaba, a sabiendas de que la utilización de las mismas por sus características específicas podía ocasionar la muerte de Jesús y aceptando las consecuencias».
Así, según la sentencia, «uno de ellos le propinó, estando de espaldas y a la izquierda de Jesús, un golpe con la barra de hierro extensible en la cabeza y otro golpe posterior en la zona del costado; mientras la otra persona le asestó con la navaja una primera puñalada en el antebrazo izquierdo», así como «un segundo navajazo que le entró de lleno en la zona del cuarto arco costal izquierdo, pericardio y cara anterior del corazón».
«Como consecuencia del navajazo en la zona del corazón; Jesús cayó desvanecido enfrente de la puerta de su domicilio, al tiempo que tanto el menor como la persona mayor de edad e igualmente» los tres menores que les acompañaban «se dieron a la huida a toda prisa, sin conseguir apoderarse de ninguno de los efectos de valor que llevaba la víctima», que falleció por la herida de arma blanca.
Sin exención de «responsabilidad»
El juzgado expone que aunque el menor encausado alegase que «su intención era simplemente robar y no hacer daño a nadie y mucho menos matar», tal idea «no puede ser aceptada y no le exime de ninguna manera de responsabilidad».
Dado el caso, el juzgado declaró al menor encausado como coautor de un delito de asesinato y de un delito de robo con violencia con uso de armas, en grado de tentativa en el segundo de los delitos; imponiéndole nueve años de internamiento en régimen cerrado complementado con una medida de cinco años de libertad vigilada con asistencia educativa; con la obligación de indemnizar con 140.000 euros a la madre del joven asesinado, con 106.266 euros al padre y con 30.000 euros a cada uno de los dos hermanos.