Vista panorámica de Castilleja del Campo
Vista panorámica de Castilleja del Campo

Castilleja del Campo, un pequeño municipio situado en la comarca del Aljarafe, en la provincia de Sevilla, guarda en sus rincones una historia que, aunque modesta en documentación, refleja la evolución histórica de la región. Su pasado, como el de muchas localidades del entorno, está intrínsecamente ligado a la tierra y a los cambios que ha experimentado la sociedad andaluza a lo largo de los siglos.

El área que hoy ocupa Castilleja del Campo estuvo habitada desde tiempos prehistóricos, como evidencian los restos arqueológicos hallados en el Aljarafe. Durante la época romana, la región destacó como un importante centro agrícola, gracias a la fertilidad de sus tierras y su cercanía a las vías de comunicación entre Hispalis (Sevilla) y otras ciudades romanas. Aunque no se han encontrado pruebas concluyentes de un asentamiento romano específico en Castilleja del Campo, es innegable que la zona participó en la producción de aceite y otros productos que alimentaban a la creciente urbe hispalense.

Edad Media: De alquerías a dominio cristiano

Durante la dominación islámica, el Aljarafe prosperó como una región productiva y estratégica, salpicada de alquerías que abastecían a Isbiliya (la Sevilla islámica). Castilleja del Campo no fue una excepción. Su nombre actual, que podría derivar del término árabe qasṭīlyya (castillo), es testimonio del legado cultural de aquella época.

Con la Reconquista en el siglo XIII, el territorio pasó a formar parte de la Corona de Castilla. Fue entonces cuando Castilleja del Campo comenzó a configurarse como un pequeño núcleo rural, integrado en los grandes dominios señoriales que dominaron el Aljarafe durante siglos.

Siglos XVI, XVII: y XIX

Durante la Edad Moderna, el municipio vivió una etapa de relativo estancamiento económico, común en muchas localidades rurales de la región. A pesar de ello, la agricultura se mantuvo como el eje de su economía. La mayoría de la población eran jornaleros que trabajaban en tierras propiedad de grandes terratenientes.

En el siglo XIX, las desamortizaciones y los cambios en la estructura agraria marcaron un nuevo rumbo para Castilleja del Campo. Aunque el impacto de estos procesos no fue tan significativo como en otros lugares, permitieron cierta redistribución de tierras. Sin embargo, la agricultura, centrada en el olivar y los cultivos de cereales, continuó siendo el principal sustento económico del municipio.

Siglo XX: emigración y transformaciones sociales

El siglo XX trajo consigo uno de los mayores desafíos para Castilleja del Campo: la emigración rural hacia las ciudades. En busca de mejores oportunidades laborales, muchos de sus habitantes dejaron el municipio, especialmente en las décadas de 1960 y 1970. Este fenómeno redujo significativamente su población y modificó su estructura social.

En la actualidad, Castilleja del Campo cuenta con alrededor de 600 habitantes, lo que lo convierte en uno de los municipios menos poblados de la provincia de Sevilla. Su economía sigue estando vinculada a la agricultura, aunque también depende de la actividad en municipios cercanos. Su entorno tranquilo y rural, junto con su proximidad a Sevilla, lo hacen atractivo para quienes buscan un estilo de vida pausado.

Patrimonio y tradiciones

Entre los elementos destacados de Castilleja del Campo está la Iglesia de San Miguel Arcángel, un templo de estilo mudéjar que ha sido reformado a lo largo de los siglos. Además, sus fiestas locales, como las celebraciones en honor a San Miguel y la Semana Santa, constituyen momentos clave para la reunión y el disfrute de vecinos y visitantes.

Castilleja del Campo es parte de la rica tradición histórica y cultural del Aljarafe, una comarca moldeada por siglos de intercambios culturales, agrícolas y religiosos. Su historia, aunque discreta, es un reflejo del devenir de las pequeñas comunidades rurales que forman el tejido histórico de Andalucía. Conservar y difundir este legado es esencial para comprender el papel que estos municipios desempeñan en la identidad regional.

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