El Ayuntamiento de Castilleja de Guzmán ha celebrado una reunión con la delegada territorial de la Consejería de Cultura, Carmen Ortiz, sobre la modificación de planeamiento urbano planteada por la sociedad promotora Coliseum Real Estate; para urbanizar el plan parcial número 4 de esta localidad, en las inmediaciones del ‘tholos’ de Montelirio, datado en la Edad del Cobre; proyecto que rechazan los colectivos conservacionistas avisando de la «destrucción de importantes restos prehistóricos».
En ese sentido, fruto de esa reunión; y tras las muestras de rechazo a dicho plan de urbanización, con una recogida digital de firmas y la oposición de más de 120 expertos/as y profesionales de España y del resto del mundo, incluyendo 37 catedráticos/as, 34 profesores/as, 16 investigadores/as y 36 profesionales de la arqueología; el Ayuntamiento ha trasladado que recordará a la empresa promotora su obligación de «enviar a la Junta de Andalucía, órgano competente en la materia, la solicitud y petición de estudio de lo que se pretende» realizar en la zona.
Y es que desde 2010, como es sabido, pesa una declaración de Zona Arqueológica aprobada por la Junta de Andalucía para 779,16 hectáreas de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, al objeto de proteger los vestigios del gran asentamiento humano que acogía este entorno allá durante la Edad del Cobre, con los ‘tholos’ de La Pastora, Matarrubilla y Montelirio como máximos exponentes de dicha cultura.
El conflicto de Montelirio
Mientras el Ayuntamiento viene defendiendo que el espacio señalado por la promotora Coliseum Real Estate para la construcción de nuevas viviendas «no se encuentra en terreno protegido»; los colectivos conservacionistas y la comunidad científica avisan de que tales terrenos del plan parcial número cuatro son «parte indivisible del mega sitio calcolítico de Valencina-Guzmán».
Según los mismos, la construcción de nuevas viviendas en la zona «no sólo es incompatible con la conservación, protección y difusión del excepcional patrimonio arqueológico conservado en dichas parcelas y con el mantenimiento de su integridad espacial, paisajística y visual con el resto de la Zona Arqueológica, de la que forma parte indivisible; sino que muy al contrario, supone la destrucción de importantes restos prehistóricos, tanto de los ya conocidos y documentados como de los aún no excavados, de los que pesan fundadas evidencias científicas».
En cualquier caso, el Ayuntamiento de Castilleja de Guzmán señala que una vez que la empresa promotora de los citados desarrollos urbanísticos traslade su propuesta concreta a la Junta, la Delegación Territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, «como institución responsable»; determinará «cuáles son las medidas que tienen que tomarse antes de cualquier aprobación de construcción, incluyendo una serie de investigaciones arqueológicas que determinarán las actuaciones a futuro que se puedan realizar».
La ampliación de la zona protegida
Además, el Ayuntamiento ha manifestado que remitirá un escrito a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Andalucía, para «solicitar la ampliación de la protección» estipulada para la Zona Arqueológica de Castilleja de Guzmán y Valencina, extendiendo el perímetro marcado en 2010, extremo que reivindican los colectivos conservacionistas.
De este modo, el Consistorio de Castilleja de Guzmán destaca la «necesidad de defensa y trabajo conjunto entre los gobierno municipal y autonómico, para asegurar el dolmen de Montelirio y su zona de protección»; tras las no pocas voces contrarias a los citados planes de urbanización del plan parcial número cuatro.
La empresa asegura de su lado que su propuesta compagina el «desarrollo» residencial de los suelos con el «objetivo inicial de protección del patrimonio histórico en el sector, dado que delimita la zona de protección denominada por el decreto de 2010 como subsector ZA-IB, que queda fuera de las parcelas lucrativas» donde pretender promover nuevas viviendas.
«Un sarcófago de hormigón»
Pero el profesor Leonardo García Sanjuán avisa de que este planteamiento supone todo un «crimen patrimonial», porque implica «construir viviendas en el entorno inmediato de la tumba de la Señora del Marfil y el tholos de Montelirio, donde hay más restos muy importantes aún no excavados».
«El Ayuntamiento de Castilleja pretende construir viviendas en las parcelas del entorno de la tumba de la Señora del Marfil y el tholos de Montelirio, que destruirán muchas de las importantes ofrendas y sepulturas, algunas de ellas aún pendientes de excavar, existentes en la zona, y dejarán a esas dos tumbas principales encarceladas en un sarcófago de hormigón», denuncia este investigador.