Carrión de los Céspedes, situado en la parte occidental del Aljarafe sevillano, tiene una rica historia que se remonta a la época islámica, cuando era una alquería conocida por sus huertas, viñas y olivares. Tras la conquista de Sevilla por Fernando III, su hijo Alfonso X el Sabio adjudicó Carrión a la Orden Militar de Calatrava en 1253, denominándola «Carrión de Calatrava».
En 1334, el Maestre de la Orden, Juan Núñez de Prado, le otorgó el nombre de «Carrión de los Ajos», que perduró hasta el siglo XVI. En 1576, durante el reinado de Felipe II, Gonzalo de Céspedes, caballero veinticuatro del concejo de Sevilla, adquirió el señorío de Carrión, que pasó a llamarse «Carrión de los Céspedes» en honor a sus nuevos señores feudales.
Durante el Antiguo Régimen, Carrión experimentó un crecimiento demográfico notable, superando en número de habitantes a muchas localidades vecinas. Sin embargo, la escasa extensión de su término municipal y las tensiones relacionadas con la propiedad de la tierra marcaron su historia contemporánea, reflejando las dificultades del campo andaluz.
Carrión de los Céspedes a partir del S. XIX
En el siglo XIX, con las reformas del Sexenio Revolucionario (1868-1874), se abolieron las últimas reminiscencias del feudalismo en Carrión, consolidándose como municipio independiente.
A lo largo del siglo XX, la emigración, especialmente hacia Cataluña y otras regiones, afectó significativamente a la población local. No obstante, Carrión de los Céspedes ha mantenido vivas sus tradiciones y patrimonio, destacando la devoción a la Virgen de Consolación, cuya ermita, del siglo XIII, fue el primer templo del municipio.
Hoy en día, Carrión de los Céspedes es un municipio que combina su rica herencia histórica con el desarrollo contemporáneo, conservando su identidad y tradiciones en el corazón del Aljarafe sevillano.