localidad de Salteras /AD
Vistas de Salteras /AD

Salteras se erige como un municipio cargado de historia y tradición en el aljarafe sevillano. Desde los primeros asentamientos humanos hasta su destacada vida cultural contemporánea, este pueblo es un ejemplo vivo del devenir histórico de Andalucía.

La historia de Salteras se remonta a tiempos prehistóricos, con vestigios arqueológicos que evidencian la presencia humana desde la Edad del Cobre y del Bronce. Sin embargo, su mayor esplendor llegó durante la época romana, cuando se identifica con la antigua ciudad de Paesula, mencionada por Plinio el Viejo en sus escritos sobre la región de la Turdetania.

Restos de villas romanas, monedas y otras evidencias arqueológicas revelan que Salteras fue un centro agrícola y comercial destacado. Su ubicación estratégica, en una zona elevada con abundancia de agua, la convirtió en un lugar privilegiado para el comercio y la producción agrícola.

De alquería islámica a villa castellana

Durante el período islámico, Salteras fue una alquería rodeada de campos fértiles. Tras la Reconquista en el siglo XIII, el pueblo fue incorporado al Reino de Castilla, integrándose en el Aljarafe sevillano. En 1443, el rey Juan II otorgó a Salteras el privilegio de ser considerada «calle, guarda y collación de Sevilla», dotándola de fueros y franquicias propias.

A lo largo del siglo XVII, Salteras fue adquirida por diferentes linajes nobles, entre ellos el conde-duque de Olivares y posteriormente la Casa de Alba. Estos cambios de propiedad fomentaron la repoblación y consolidación del municipio.

Una heroína en la Guerra de la Independencia

Uno de los episodios más destacados de la historia de Salteras tuvo lugar durante la Guerra de la Independencia (1808-1814). Francisca Pérez-Cerpa, una vecina del pueblo, se convirtió en heroína por su valentía al enfrentarse a las tropas napoleónicas. Su acción fue reconocida por las Cortes de Cádiz, que le otorgaron una pensión vitalicia y el grado honorífico de coronel.

El legado histórico de Salteras se refleja en su patrimonio arquitectónico y cultural. La Iglesia de Nuestra Señora de la Oliva, construida en el siglo XVI, es uno de sus edificios más emblemáticos, combinando elementos góticos y renacentistas. Además, las bandas de música del municipio, como la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva y la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen, han llevado el nombre de Salteras a escenarios nacionales e internacionales.

En la actualidad, Salteras combina su rico pasado histórico con vida cultural y una economía diversificada. Aunque sigue siendo un referente en el cultivo del olivo, el pueblo también se ha adaptado a los tiempos modernos, conservando su esencia y tradiciones.

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